Yoani Sánchez: El blog es la herramienta ciudadana por excelencia

Sin duda, Yoani Sánchez ha sido y es la bloguera con más proyección internacional en la historia de la blogosfera cubana. Su blog Generación Y constituye uno de los foros de discusión e información sobre Cuba más visitados. Quizá sea menos conocida la Academia Blogger que fundó y ha contribuido decisivamente a consolidar, y cuya importancia en el desarrollo de la embrionaria sociedad civil que desde la Isla utiliza Internet para asomarse al mundo, resulta indiscutible. En ella nos concentramos en esta entrevista.

Blogger Cubano: Yoani, ¿cómo surgió la idea de la Academia Blogger y cuáles fueron los eventos fundamentales alrededor de su aparición?

Yoani Sánchez: A lo largo del año 2008, de forma espontánea, varios bloggers radicados en La Habana y otros de provincias fuimos entrando en contacto para intercambiar experiencias. Un día nos pusimos de acuerdo para regularizar aquellas tormentas de ideas y así empezó lo que dimos en llamar “El itinerario Blogger”. Cuando ya habíamos acopiado temas y conocimientos decidimos hacer un programa con asignaturas diversas y encontrarnos con una regularidad de dos días a la semana, por cinco horas cada vez. Al final, después de seis meses nos graduamos 32 personas, entre los que había 5 profesores y 27 alumnos. Las asignaturas eran 1. Fotografía y Video, 2. Blogs y redes sociales -enfocada en WordPress 3.0-, 3. Ética, filosofía y Legalidad, 4. Cultura cubana y 5. Periodismo digital, redacción y estilo.
Tuvimos además varias conferencias temáticas impartidas por varios especialistas de una u otra rama. Recuerdo con mucho placer la charla sobre el estado actual de nuestra economía que dictó Oscar Espinosa Chepe, el taller interactivo sobre sociedad civil que pasamos junto a Dagoberto Valdés, la conferencia magistral del sacerdote José Conrado sobre la historia de la Virgen de la Caridad y numerosos intercambios con bloggers, informáticos y académicos extranjeros que peregrinaron hacia nuestra improvisada aula, para entregarnos sus opiniones y consejos.

BC. A través del tiempo, ¿qué consideras lo más destacable del proyecto y con qué dificultades se ha topado?

YS. Quizás lo más destacable fue que desde la iniciativa ciudadana logramos compartir conocimientos que no se ofrecen en ningún Club de Computación de los muchos que hay en Cuba. Acopiamos bibliografía por múltiples caminos y organizamos un programa docente que, aunque imperfecto, cumplía su objetivo. Todo esto se hizo sin financiación externa y sin condicionamientos de ningún tipo, ni los maestros cobraban ni los alumnos pagaban. La Academia no tuvo ni tiene un director, sino un claustro de profesores con libertad de cátedra. Aunque parezca increíble no discutimos de política (durante las clases) ni pretendimos crear una asociación blogger, club o partido. Cada día, como si fuera un mantra nos repetíamos: “Nosotros no somos un grupo, no tenemos jefes, ni tomamos decisiones en conjunto”. Esa premisa de autonomía individual nos salvó de caer en la falsa unanimidad y nos mostró una nueva forma de hacer civismo – una manera más efectiva de hacer verdadera política- que es desde el respeto a la individualidad y la transversalidad en las relaciones.

La dificultad fue que todo eso lo hacíamos en la sala de nuestra casa, con las incomodidades típicas de no estar en un salón de conferencias sino en una vivienda, pero todos ayudaron a que no se creara un caos. El espíritu de amistad, los lazos personales que se crearon entre cada uno de nosotros, trascendieron y trascienden a la propia Academia. Pocas veces he estado en un ambiente tan franco, tan carente de rivalidades absurdas, de personalismos inflados y retórica gastada. Muchos aprendimos juntos a conducirnos de una manera totalmente diferente a como nos habían enseñado en las escuelas estatales, de forma colaboradora, receptiva, sin antagonismos vacuos ni consignas huecas. Y algo importantísimo: sin adoctrinamiento.
También estaba el permanente temor de que las clases fueran interrumpidas por un mitin de repudio o por la policía política, pero la propia visibilidad que le dimos a la Academia nos protegió mucho. Esa dinámica de ir por la vida con las vísceras al aire, cuando uno vive bajo un régimen represivo, ha demostrado ser fuente de protección para quienes hacemos una labor de información. La fórmula no es infalible, ni nos garantiza inmunidad, pero créanme que funciona. Cada lector que se acercaba a la labor de la Academia, cada internauta que retwitteaba uno de los mensajes en 140 caracteres que enviábamos desde sus turnos de clases, actuaba como un escudo protector. Eso nos permitió graduarnos en abril de 2009 sin grandes incidentes.

BC. ¿Cuál es tu opinión sobre la relevancia de la Academia Blogger en tanto herramienta de democratización o factor de desarrollo para la sociedad civil cubana?

YS. Estoy convencida que ha sido la tecnología y no la voluntad política de nuestros gobernantes la que ha permitido amplificar el ejercicio de la libertad de expresión en los últimos años en esta Isla. En el aspecto tecnológico no sólo se incluye la tenencia de una base material, computadoras, memorias USB, CDs, etcétera, sino también la gestión del conocimiento. Todo el que pretenda hoy en día tener un proyecto, ya sea político, cultural, gremial espiritual o de cualquier tipo, sabe que a través de internet puede multiplicar sus potencialidades. El blog es la herramienta ciudadana por excelencia. Enseñar a la gente a usarla es una forma rápida y eficiente de empoderar a las personas, sin que tengan que cobijarse bajo la sombrilla de un partido o una organización. De ahí que la Academia Blogger haya nacido apoyada en el principio de que la tecnología puede ayudarnos a ser libres, pero depende de cada uno de nosotros el cómo y para qué la usamos.

BC. ¿Cuál ha sido la reacción de la policía política?

YS. Ellos no interfirieron directamente sobre la Academia, se limitaron a amenazar a algunos participantes, pero no tuvieron éxito. Sólo perdimos dos alumnos. El estar juntos sirvió como estímulo para superar la presión, que básicamente se valió de los mismos y gastados mecanismos que ya todos conocemos: coacción, amenaza, satanización y difamación contra los estudiantes y los principales organizadores del proyecto.

BC. ¿Cómo podemos ayudar desde el exterior más efectivamente?

YS. De forma general la mejor ayuda es difundir la labor que hacemos en nuestros espacios, divulgando lo que se publica desde adentro, enviando a los amigos y parientes la información a la que no tienen acceso. Si conocen a un blogger en particular pueden actualizarlo con nuevos software o con objetos tecnológicos a la manera de laptops, móviles, memorias USB, CDs y DVDs, ayudándolo también a recargar su móvil, lo cual es de inestimable valor si tenemos en cuenta que cada tweet enviado desde Cuba nos cuesta 1 peso convertible. Hay muchas maneras de colaborar con los que mantienen un espacio digital desde aquí. Por ejemplo, está la posibilidad de “apadrinar” a un blogger cubano ayudándolo a publicar sus textos, a diseñar su sitio, a colocar nuevas funcionalidades en su bitácora. Yo misma, tendría que haberme despedido de Generación Y si no fuera por amigos que me ayudan desde el extranjero a seguir colocando mis posts online.
Toda esa ayuda debe lograrse además sin condicionar temáticas, enfoques, formas de decir. No estamos buscando un nuevo guía que nos diga lo que tenemos que hacer, sino una mano solidaria que nos permita realizar nuestros proyectos, que nos regale un par de alas para nosotros decidir hacia dónde volamos, a qué altura lo hacemos y a cuál velocidad nos acercamos hacia ese punto que hemos elegido nosotros mismos.

BC. ¿Cómo ves el futuro de la Academia y del Movimiento Blogger? ¿Continuarán creciendo?

YS. De hecho, la Academia no ha cesado, aunque ha evolucionado en sus métodos. Ahora hacemos módulos de cursos concentrados para bloggers de provincias y organizamos encuentros mensuales de actualización e intercambio. También se han impartido cursos para el manejo de Twitter, Podcast, Facebook y Youtube. En cuanto al “movimiento”, que insistimos es horizontal y no piramidal, claro que ha crecido. En enero de 2009 la plataforma Voces cubanas (http://vocescubanas.com) se inauguró con 6 bloggers, y hoy somos 32. Pero además, todos los espacios han crecido en calidad y en frecuencia.
El próximo 28 de enero cumpliremos dos años como portal de periodismo ciudadano, apagaremos alguna que otra velita y trazaremos nuevas metas. En cualquiera de los proyectos futuros que lancemos estará intrínseco el mantener nuestra pluralidad, el día en que comencemos a comportarnos como un pelotón habremos fracasado.

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