Jerónimo Esteve-Abril, el empresario cordial

Jerónimo Esteve-Abril, fundador de Bella Group ―el conglomerado de compañías que desde hace tiempo es uno de los líderes del mercado puertorriqueño en el área de la distribución de autos y motocicletas, con más de 400 empleados y ventas en torno a los 300 millones de dólares al año―, nació el 21 de agosto de 1929 en Santiago de Cuba. Su primera experiencia empresarial se produjo con Independent Electric Company of Cuba, compañía que distribuía los equipos eléctricos Crosley que su padre comercializaba como representante en Santiago. En 1951, se casó con Mary, su actual esposa, y abrió un negocio en La Habana, la J Esteve y Compañía. A mediados de esa misma década, comenzó a vender vitrolas, equipos de música que proliferaban en bodegas, clubs nocturnos, fondas y toda clase de centros de recreación y consumo en Cuba.
A partir de 1959, una vez en el poder, el castrismo desató una violenta ofensiva contra los empresarios cubanos. A consecuencia de ello, en octubre de 1960 Jerónimo dejó Cuba junto a su familia y arribó a Puerto Rico contando con sólo 15 dólares en efectivo, pero con un espíritu de lucha a prueba de demoliciones. Desde ese momento, su capacidad de trabajo, su don de gentes y su espíritu creativo se impondrían, hasta desembocar en el éxito de su principal empresa, Bella International Corporation. Jerónimo es el primer cubano al que le han hecho un homenaje en el Congreso de Puerto Rico.
“Reconozco que Puerto Rico fue bendecido el día que Don Jerónimo decidió hacer de esta Isla su hogar, y la cuna de sus éxitos”, dice Luis G. Fortuño, actual gobernador de la llamada “Isla del Encanto”. “Su liderazgo, sus valores y su generosidad han sellado su legado como un hombre de brillante intelecto, corazón y espíritu. La historia de su vida es sin duda un inspirador mapa de superación, un norte al que aspirar y una llama de cálida esperanza”.

El secreto del éxito

¿Qué rasgos caracterizan al líder de empresa, al líder cívico? ¿Qué factores o cualidades determinan que un “humilde vendedor de automóviles”, como habitualmente se reconoce a sí mismo el empresario Jerónimo Esteve-Abril, sobresalga del común de los hombres de negocios hasta convertirse en un referente, alguien admirado incluso por sus competidores, a los que, por añadidura, siempre ha evitado calificar como tales? ¿A partir de qué atributos Don Jerónimo y su empresa, Bella International Corporation, alcanzaron el éxito económico y el reconocimiento social?
Entre las virtudes del líder suele destacarse la persistencia, la audacia, la creatividad, esa especie de ángel que consiste en saber entusiasmar a un equipo de trabajo y enfrentar las dificultades con optimismo, confiando en el potencial de la empresa y la valía de sus empleados. Algo directamente relacionado con la capacidad de ser un buen comunicador ―y Don Jerónimo lo es en grado sumo―: el líder es persuasivo y, con frecuencia, carismático. Adicionalmente, los valores éticos, la calidad humana del líder cívico en cuestión, resultan fundamentales. Características todas ellas que confluyen en la personalidad de Jerónimo Esteve-Abril.
Como señala Warren Bennis, experto mundial en liderazgo, un empresario puede ser un gerente óptimo en tanto planificador y administrador, pero, si carece de las habilidades necesarias para motivar a sus empleados, sus esfuerzos por sacar adelante la empresa probablemente resulten insuficientes. Precisamente, he aquí una de las principales virtudes de Jerónimo: su poder de convencimiento, su condición de motivador.
“En Bella ―refiere Claudio Carmona, primo suyo y gerente fundador de Bella International―, Jerónimo creó una política de puertas abiertas, fundamental para el desarrollo de la empresa. Significaba que cualquiera que quería tratar con él algún problema, era bien recibido. No importaba si se trataba de un conserje, un gerente o un vendedor. Esta actitud daba mucha confianza a todos sus colaboradores, desde el más pequeño al más grande. Si tenían algún mensaje realmente positivo, él le daría curso. Una característica que fue aumentando, a través de los años, la confianza en Jerónimo y en su liderazgo en Bella”.
“En el Caribe, fundamentalmente en las Antillas, ser pesado es un fardo bien difícil de sobrellevar”, añade Carmona. “Y Don Jerónimo es precisamente la antítesis del pesado: una persona suave, diplomática, cordial, siempre positiva: alguien que se niega a tomarse las cosas negativamente. Es fiel a esta perspectiva incluso más allá de lo aparentemente razonable. Esta percepción consigue comunicársela a los demás, logrando resultados imposibles de prever”.

Jerónimo Esteve-Abril: En sus propias palabras


Armando Añel. ¿Cómo define Jerónimo Esteve Abril su pensamiento, su tendencia política?
Jerónimo Esteve-Abril. No tengo tendencia partidista alguna. Básicamente, a lo que aspiro es a apoyar un gobierno democrático, que respete las libertades y los derechos humanos. Un régimen donde todo el mundo tenga la oportunidad de opinar y crecer.
AA/ ¿Pero tiene usted una vocación política definida?
JE/ Probablemente. Desde pequeño, en la escuela, por alguna razón mis compañeros pensaban que yo podía ser un dirigente estudiantil o algo por el estilo. Y de hecho lo fui, en el Instituto de Marianao…
AA/ ¿Cuál es su filosofía de vida?
JE/ Siempre ha formado parte de mi filosofía de vida esta premisa fundamental, que heredé de mi padre: Hay que cumplir con las obligaciones antes de disfrutar de los beneficios.
AA/ “A mal tiempo buena cara…” ¿Cuál ha sido el secreto de Don Jerónimo para mantener la buena cara a través del tiempo?
JE/ Mi fe en Dios y mi confianza en mí mismo. Mi seguridad en que con el esfuerzo, el trabajo y la lucha se pueden vencer todos los inconvenientes.
AA/ ¿Cuál es el error más frecuente que comete el empresario novato?
JE/ Querer crecer con demasiada rapidez. Se debe ir poco a poco. A veces los saltos precipitados conllevan al fracaso.
AA/ ¿Cómo motiva a sus empleados?
JE/ El empleado debe tener confianza en que su jefe no lo defraudará nunca, que le dará oportunidades. Debe sentir que está trabajando con alguien que no sólo reconoce su labor, sino que sabe que es un ser humano que tiene preocupaciones, dificultades y una familia a la que atender.
AA/ ¿Cuál le parece la cualidad más sobresaliente del pueblo cubano?
JE/ Creo que su generosidad. Su deseo de compartir con los demás. Lo ha demostrado incluso en una situación tan precaria como la que vive bajo el régimen actual. El cubano, si tiene un pedazo de pan, lo pica en tres para compartirlo.
AA/ ¿Y cuál considera la característica más negativa de ese mismo pueblo?
JE/ No podría manifestar ninguna en particular. Quizás una cierta ingenuidad a la hora de evaluar determinadas realidades.
AA/ ¿Cuál es el sentido de la vida para Jerónimo Esteve-Abril?
JE/ Seguramente ayudar al prójimo. Es el compromiso más grande que tengo con Dios. Te lo digo de corazón: creo que debo ayudar todavía más a la gente de lo que la he ayudado.
Creo que el mundo está dividido en dos grupos. Dos grupos enormes. El grupo de los que tienen, y tienen la obligación de dar, y el grupo de los que no tienen, y tienen que vivir de lo que le dan.
AA/ Pero este grupo de los que no tienen, ¿no debería hacer un esfuerzo mayor por producir, por tener?
JE/ Por lo mismo, una de las formas de ayudar a este grupo que no tiene es dándole facilidades para que pueda producir y tener.
AA/ ¿Qué significa para usted el amor?
JE/ El amor es entrega. Cuando hay verdadero amor uno se entrega, deja de ser uno para ser del otro. No esperas que te den: das. Y vuelvo a lo mismo: creo que mi compromiso con Dios es dar. Dar amor, dar ayuda, dar confianza… Porque estoy del lado de los que podemos dar. Dar de todo.
Así que creo que puedo ofrecer mucho más. En estos momentos Dios me ha colocado en un lugar del mundo, República Dominicana, que necesita mucha ayuda.

Armando Añel

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