Las mujeres preguntan por los hombres

¿Policías zarandeados por ciudadanos de a pie en el Parque de la Fraternidad? Significa que la gente comienza a perder el miedo en Cuba. Significa que un sector creciente de la población cubana comienza a pensar y funcionar ambiciosamente, como si ya hubiéramos entrado de lleno en el poscastrismo.

Significa que el fenómeno de la nueva oposición cubana, conformada por mujeres como Ivonne Malleza, Mayra Morejón y Blanca Hernández Moya, pica y se extiende.

La protesta del pasado 30 de noviembre de 2011 en el Parque de la Fraternidad de La Habana, una de las áreas verdes más concurridas de la capital, siguió el hilo conductor de demostraciones civiles como las del Capitolio Nacional y la Plaza de Cuatro Caminos en el verano del propio año. Esto es, el énfasis puesto no en el mensaje político abstracto, sino en la reclamación concreta, punto de encuentro de la oprimida sociedad insular: “Basta ya de mentiras y engaño al pueblo cubano, cese el hambre y la pobreza en Cuba”, rezaba la sábana enarbolada por las mujeres.

“Leche para los niños”, “Dónde está el pollo de los niños”, “Comida para el pueblo”, fueron algunas de las consignas que gritaron las opositoras durante unos veinte minutos, un mensaje sin colores políticos ni abstracciones retóricas, directo al blanco que es el problema de casi todo el mundo en Cuba: la miseria. Agitando una libreta de abastecimiento, Malleza gritó “¡con esto no se puede vivir!”. Fue arrastrada por dos policías que previamente le habían arrebatado la tela con el eslogan “Basta ya de mentiras…”. Entonces Morejón lanzó al aire una pregunta que movilizó la ira popular contra los policías, mientras intentaban introducir a Malleza y Hernández en el patrullero: “¿Dónde están los hombres de Cuba?”.

El esposo de Malleza, quien filmaba la demostración, fue golpeado y detenido por los agentes policiales. El pueblo se abalanzó ―gritando “Libertad”― contra la policía, declaró Morejón a la web Martí Noticias. Una escena impensable en la década que dejamos atrás.

Armando Añel

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