Contigo en la distancia / Armando Añel

-Qué pasa, men, qué pasa. Aquí nunca pasa nada. Ahora vengo de casa de ella y es como te dije: Va a empezar a coser para la calle. A estas alturas del partido... Coser para la calle. Ay. Porque allá, tú sabes, la cuestión es de tiempo más movimiento, te mueves en línea recta, vas por delante. Te transformas (te transforman), solucionas la ecuación. Porque invertirla no tiene sentido. El tiempo tiene un valor. Se paga al cash. Nada de crédito. Es caro, carísimo. No se juega ni con la cadena de ese mono. La fórmula, básicamente, es de tiempo más movimiento. Como quiera que la quieras llamar sólo tiene un nombre: tiempo más movimiento... y ahora esta mujer a coser para la calle. Puro surrealismo tú. No se va cuando se tiene que ir porque no se casa cuando se tiene que casar. Y luego se mete a coser para la calle. La gente aquí pierde el norte. Todo el santo día sentada en el quicio de la puerta, asomada al balcón, sudando la gota gorda. Hablando de pelota, de lo que viene o no viene a la bodega. Pierden el norte. Aquí se pierde hasta la vergüenza.
-¿Qué edad me habías dicho que tenía?
-Va a cumplir los veinte. Y eso que si te sientas a la mesa te come con patatas. A ti y a mí, al que venga. Of course. Si le pegas la oreja te come con patatas. Retórica. Pajas mentales. Probablemente ahí esté el problema. Porque esta gente vive a base de labia. De especulación. Produciendo guiones que nunca se convierten en películas. O no vive: se imagina que vive. Porque vivir es otra cosa. Aquí la fórmula tiempo más movimiento no cuadra. Tiempo + Movimiento = Círculo Vicioso. Si te mueves, tu tiempo no es tuyo. O tienes todo el tiempo del mundo, pero ninguna dirección hacia la que moverte. O sí: puedes coser para la calle. Coser para la calle. ¿Tú conoces a alguien conocido que cosa para la calle? ¿Conoces a alguien? ¿Lo conoces? ¿Qué horas crees que son ya?
-Supongo que las seis menos cuarto.
-Aquí no pasa nada. Nunca pasa nada. O pasa lo que no debería pasar. Porque estuvo de ayudante de un tipo que cosía para la calle. Se buscaba la vida a su manera. El tipo. Un lince él. Y ella le sigue la corriente. No se les pega nada bueno. No avanzan. No progresan. El movimiento continuamente circular provoca esclerosis. Siempre se regresa al lugar de donde se vino. Es lo que pasa aquí. Allá te mueves en un sentido predeterminado, en una dirección específica, con conocimiento de causa, respondiendo a un plan o un proyecto que te has sentado a meditar. El movimiento es hacia delante. Sí, porque allá la gente se sienta y medita en función de un objetivo concreto. No sueña. Organiza sus ideas. Desde niños tienen la cabeza organizada en función de un objetivo concreto. Lo ves hasta en los supermercados. Los supermercados, men. Increíble.
-Llenos de cosas.
-Repletos. Para qué revolver esa gaveta. Hay unas bandejas, que te las venden, que son para el grill. Desechables. Vienen con carbón y todo. Y luego, bandejas de carne ya adobada. Para el grill también. Chorizo y pollo y res, por ponerte un ejemplo. Y tienen un tipo de leche que nunca se echa a perder. Y salsas para esto, y salsas para lo otro. Y más comida para gatos, o para perros, o para pájaros, que para la gente de afuera o las delegaciones oficiales. Increíble, men. Qué orden. Qué pulcritud. Porque allá hay unos locales, abiertos las 24 horas, donde tú mismo sacas el filme que quieres ver. Allí mismo lees la sinopsis de la película, en la pantalla donde la seleccionas. Y pagas a fin de mes. Con tu tarjeta de socio. Son automáticos. No hay dependientes. Porque también hay unos cines que tienen como doce salas, doce cines en uno, y a la entrada y después dentro puedes comprar y comerte lo que te dé tu gana. Y en la boleta del cine la promoción te invita a consumir en un restaurante vecino, o en una cafetería. Gratuitamente (una parte, of course). Aquí la gente no tiene idea. Aquí se vive por vivir. Esto es terrible, men, esto es terrible.
-Tú no me digas.
-Allá hay unos cafés, cibernautas les dicen, que mientras consumes puedes navegar en Internet. La red de redes. La autopista de la información. Porque te metes ahí, tú sabes, y sacas un volumen de información increíble. Información de todo tipo. Es lo que es Internet. Si quieres saber qué pasó en la Liga Española, o en las Grandes Ligas, o en la Liga de Remangalatuerca, por ponerte un ejemplo, lo sabes. Si quieres averiguar qué sucedió durante tal revuelta en tal país en el culo del mundo, lo averiguas. Si quieres aprender idiomas. Comprar un coche. Contratar a un abogado. Rallarte una paja. Simple y llanamente lo que tú quieras. Los mismos periódicos que compras en la calle los lees ahí dentro, y los que no están en la calle, y hasta los que no existen. Porque aquí lo que hay son cuatro periódicos más una televisión, diciendo los cinco lo mismo.
-Pero, ¿y ella qué te dijo?
-Nada que decir. ¿Qué me iba a decir? Aquí nunca pasa nada. Porque le advertí que se fuera. Que tiene un futuro por delante, como todavía dicen aquí. Quisiera que la hubieras visto. Riéndose todo el tiempo. Masticando no sé qué cosa que masticaba ella. Mariposeando. Esa mentalidad hecha para el confort. Conformada. Conformista. Esa manera de pensar en las musarañas día y noche, constantemente... Así no se llega a ninguna parte. A ningún lugar. Porque aquí hace falta una revolución, revolucionar la mentalidad de la gente. Aquí la vida pasa y la ven pasar como si no pasara nada. Y para hacer candela hay que sacar chispas. Allá todo el tiempo están sacando chispas. Echándole leña al fuego. Es lo que no entiende esta gente. Ya tú ves.
-¿Y tú qué vas a hacer?
-Que se vaya con la de trapo, que se vaya. Que se meta a coser. Que se embarque. Después de tanto sacrificio. De tanto blablabla. Bueno, tú lo sabes mejor que nadie. Porque si alguien se ha mantenido al tanto, ha averiguado, ha puesto de su parte, ése eres tú. Si alguien ha escrito, ha llamado, ha ido a la embajada, al Registro Civil, ése eres tú. Y quieto en base, un trato es un trato. Usted recibe su dinero. No será la cantidad acordada, of course, un trato es un trato... pero algo es mejor que nada. Porque desde que tengo uso de razón soy una persona seria, completa, sin más aquí ni más allá. Como tiene que ser. Como me enseñaron desde chiquito. Allá son así las cosas, lo sé, hay una seriedad, una constancia, la gente pacta y cumple lo pactado. Es lo que he intentado hacer toda mi vida. Es lo que he querido inculcarle a esta mujer. Y acuérdate siempre de esto que te digo, pase lo que pase te lo digo: éste que está aquí es tu suegro. Quiera o no quiera ella, gústele o no le guste. Aunque nada más sea por teléfono, men, que los tratos hay que respetarlos.

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