Falun Gong / China


El 20 de julio de 1999 el Partido Comunista de China, con Jiang Zemin a la cabeza, ordenó la persecución de decenas de millones de ciudadanos chinos. De la noche a la mañana a estas personas se les prohibía practicar su fe, tener libros relativos a ella o protestar contra la prohibición. Pero, ¿por qué estos individuos se habían convertido repentinamente en víctimas del poder totalitario si no pertenecían a la oposición organizada?

Sencillamente por ser miembros del movimiento Falun Gong (http://es.falundafa.org/), cuya práctica de ejercicios basada en una tradición milenaria china para mejorar la salud y los valores personales, con los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia como norte, chocaba frontalmente con el colectivismo excluyente y la doble moral que caracterizan a los sistemas comunistas.

Grupos de derechos humanos han informado consistentemente que los practicantes de Falun Gong en China se encuentran sometidos a una amplia gama de abusos civiles, incluso la tortura; se cree que cientos de miles han sido encarcelados extrajudicialmente y los practicantes detenidos son sometidos a trabajos forzados, abuso psiquiátrico y otros métodos coercitivos de “lavado de cerebro”.

Dictadura vs espiritualidad

El movimiento Falun Gong (en español “Práctica de la Rueda de la Ley”), también llamado Falun Dafa, no es una religión propiamente, sino una práctica espiritual introducida en China en 1992 por Li Hongzhi, un ex guardia de seguridad chino que posteriormente se radicó en Nueva York.  Combina la práctica de la meditación y ejercicios con filosofía moral con influencias del budismo y el taoísmo.

El concepto de “práctica de cultivación” en Falun Gong hace referencia a la elevación del “xinxing” del practicante (corazón/naturaleza del pensamiento) a través del abandono de los apegos y la asimilación de uno mismo con la “Verdad-Compasión-Tolerancia”, además de la práctica de cinco ejercicios meditativos. La elevación del xinxing (la naturaleza de la mente o el corazón, carácter moral) implica renunciar a los apegos terrenales que impiden el “despertar”. Los apegos serían: celos, competitividad, fama, ostentación, avaricia, ira, lujuria, etcétera.

Los libros y materiales demostrativos de ejercicios que utiliza Falun Gong se pueden obtener o descargar sin coste alguno en Internet (http://es.falundafa.org/falun-dafa-books.html), y la enseñanza de los ejercicios se realiza a través de voluntarios de forma totalmente gratuita en más de 114 países. Falun Gong no implica membrecía formal y disfrutó inicialmente del apoyo de la burocracia china, pero a finales de los años 90 su popularidad atemorizó al Partido Comunista, quien consideró que su tamaño, su independencia del Estado y sus enseñanzas espirituales podían suponer un peligro para el poder.

La capacidad de movilización de Falun Gong

El 25 de abril de 1999, el movimiento congregó a decenas de miles de personas en Pekín para pedir a los jerarcas del régimen chino que se les reconociera legalmente, en lo que fue la segunda movilización civil más importante de la ciudad después de la de Tiananmen en 1989. La movilización superó las 10.000 personas, según varios estimados, y transcurrió de manera estrictamente pacifica y sincronizada, como es costumbre en este movimiento espiritual. Era demasiado para los comunistas, que se dieron a la tarea de demoler Falun Gong. 

Tres meses después de la manifestación, el dictador Jiang Zemin prohibió el movimiento oficialmente alegando que se trataba de una secta nociva para el Estado y la sociedad.
El efecto movilizador del movimiento se extiende por varios países y suele expresarse de diversos modos, fundiéndose con otros movimientos cívicos o en solitario. Por ejemplo, Falun Gong fue uno de los colectivos presentes en la gran protesta a propósito de la cumbre de la OMC en Seattle (noviembre-diciembre de 1999).

Anualmente, Washington DC es uno de los sitios escogidos por los seguidores del movimiento, alrededor del 20 de julio ―fecha oficial de la prohibición en China―, para movilizarse en defensa de sus derechos. Las movilizaciones en la capital de Estados Unidos y otras ciudades del mundo tienen un carácter marcadamente informativo: los manifestantes distribuyen impresos, dictan conferencias o exhiben cortometrajes sobre la represión contra Falun Dafa. Las manifestaciones incluyen también desfiles y veladas culturales de denuncia a la luz de las velas.

En febrero de 2005 más de mil seguidores de Falun Gong de diversos países asistieron a la movilización “Hacer frente a la violencia y al odio con benevolencia”, en la plaza Unión Square de San Francisco. En Nueva York, el movimiento ha celebrado exposiciones “anti-tortura” como modo de concientizar a la ciudadanía. Así, el asesinato o tortura de uno de sus miembros por el régimen chino es otro de los motivos que usualmente impulsa las movilizaciones de Falun Gong, que convierten el obstáculo de la represión directa en un reto de crecimiento. Es el caso de la joven contable Gao Rongrong, torturada hasta su muerte el 16 de junio de 2005. A raíz de la tragedia, las movilizaciones de denuncia recorrieron el mundo. En lugares tan distantes como Oslo (Noruega), Queensland (Australia) o Pingdong (Taiwán) tuvieron lugar movilizaciones de protesta en recuerdo de la mujer asesinada, básicamente frente a la embajada china.

La capacidad de movilización de Falun Gong es una de las señales más visibles de que el movimiento sobrevive y continúa demostrando que los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia son mucho más atractivos para la emergente sociedad civil china que las retóricas directrices del Partido Comunista, sostenidas por la represión.

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