Excelente. No hay mejor término para elogiar el empeño de Akahatá (http://www.akahataorg.org/), un grupo de abogacía con sede en Argentina que se dedica a influir en la Organización de Estados Americanos (OEA) y cuyo objetivo fundamental es dar a conocer los derechos a la asunción de la diversidad y su protección. Como el ángel de la jiribilla de los cubanos, Akahatá refleja en la cultura guaraní a aquellas personas “traviesas, desafiantes de las normas impuestas por sus mayores”. “Quisimos reflejar ese espíritu en nuestro nombre: un equipo que cuestione y desarme las normas culturales establecidas para los géneros y las sexualidades que generan odio, desigualdad, discriminación, exclusión y violencia”, dice una nota editorial de su sitio web.
Si algo distingue a este grupo de animadores de la diversidad genérica es que no se queda en la mera promoción de sus propuestas o intereses. Cabe señalar los seminarios que se imparten, como el dedicado a la Capacitación para Activistas, una contribución a la apertura del espacio público, ese que se niega muchas veces por falta de acceso a la academia o por los propios tabúes existentes. Generalmente los temas LGBT son relegados cuando se abren foros y debates regionales sobre derechos humanos, una veces con toda saña, otras por pura inocencia.
Los seminarios coordinados por Akahatá se enfilan hacia la dotación de herramientas, conocimientos y habilidades para que los activistas LGBT se integren a los demás campos de debate, defensa y existencia social, y esa integración se convierta en algo necesario para la misma sociedad. El empoderamiento ciudadano es un arma fundamental.
La articulación ciudadana, la ejecución pública
En Argentina se logró proponer el Proyecto de Ley de Identidad de Género, que fue aprobado por la Cámara de Diputados el 30 de noviembre de 2011, acto cívico que pone por delante a la nación en materia de derechos civiles y que, si bien no se ha implementado del todo, es una avance en el camino hacia la integración total de los diversos sectores en materia de derechos humanos. La zona más interesante de la ley incide en que no hace falta ningún juez ni doctor para acceder al proceso de cambiar el nombre y/o el sexo en documentos legales. En su sitio web, Akahatá publica el texto íntegro de esta resolución.
Más allá de una idea, la práctica del derecho humano sale de la consigna impuesta por las autoridades, los políticos oportunistas y los filántropos a media jornada. Hacer del derecho ley y luego práctica inviolable es la meta de cualquier sociedad. Los esfuerzos de distintos grupos de presión LGBT en Argentina y el trabajo de legisladores conscientes de la problemática, llevaron a cabo la realización de este sueño. Éste es un de los documentos cimeros publicados en Akahatá.
Coalición LGBTTTI
La coalición de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgéneros, travestis e intersex (LGBTTTI) trabaja a nivel local, nacional e incluso regional, en este último a través de su espacio en la OEA. En junio pasado la coalición se reunió en la ciudad boliviana de Cochabamba. En ese marco, su Declaración dejó bien definido que su preocupación va más allá de estos grupos identitarios, y en uno de sus párrafos expresa: “Manifestamos nuestra preocupación por la situación de exclusión y vulnerabilidad que viven las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, tránsgéneros, travestis e intersex, así como las personas afro―descendientes, migrantes, refugiadas, mujeres, jóvenes, personas con capacidades diferentes, tercera edad, grupos étnicos, personas viviendo con VIH, minorías religiosas, y quienes viven en situación de conflicto armado, desastres y catástrofes. Las cuales ante estas circunstancias están expuestas a mayor discriminación, lo que les impide acceder a una buena calidad de vida”.
Esta coalición tiene un espacio promocional fundamental en http://www.akahataorg.org/ debido a su funcionalidad social. Los canales comunicativos que se crean en una red tan amplia como es el mencionado sitio web sirven a su vez de diapasón de sus presupuestos estéticos.
Más allá del marco del derecho ciudadano, los derechos universales son revisados cada año con la idea de incluir a más personas y grupos en términos de protección y relevancia humana. Es por ello que al finalizar la sesión cochabambina la coalición exigía a los diferentes estados concernientes que:
“―Deroguen leyes que penalizan las relaciones de personas del mismo sexo.
“―Realicen todos los esfuerzos necesarios, de manera urgente, para concretar la aprobación del Anteproyecto de Convención Interamericana contra el Racismo y todas formas de discriminación e intolerancia.
“―Acojan la propuesta de Convención Interamericana sobre los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos.
“―Firmen, ratifiquen y ejecuten los instrumentos interamericanos de protección de derechos humanos.
“―Fortalezcan de una manera efectiva su compromiso con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con el respaldo de la Secretaría General de la OEA, y eviten iniciativas que puedan debilitar al sistema interamericano de derechos humanos”.
Con un diseño sencillo, la página digital de Akahatá se agiliza porque la disposición de sus elementos requiere un mínimo de maniobrabilidad. La sobriedad de la gama de colores utilizados le aporta también una elegancia que se echa de menos en otros medios. En la misma cuerda de funcionalidad, el equipo de trabajo sacó a la luz pública “¿Qué es la Campaña por una Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y de los Derechos Reproductivos?”. Desde 1999, diferentes grupos transgéneros han colaborado en una campaña por la participación en la referida Convención. Hoy, la campaña está compuesta por más de 150 organizaciones, según reporte de Akahatá, incluidas 13 redes regionales y 9 alianzas nacionales. El valor de la Campaña, refieren, se sustenta en el hecho de haber construido la Convención por sí misma desde la gente hacia las esferas de gobierno.
Es meritorio este esfuerzo y la iniciativa de Akahatá se une a cientos de sitios más que van floreciendo en el mundo en pos de la diversidad sexo-genérica, pero también en el marco de los derechos de las personas a encarnar su identidad y ser respetadas por ello.
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