Ni Putes Ni Soumises / Francia

El movimiento Ni Putes Ni Soumises (Ni putas ni sumisas en español) fue creado a partir de la asociación de un grupo de mujeres francesas que reaccionaban ante la violencia de género que sacudía y sacude los suburbios y barrios de inmigrantes de algunas de las principales ciudades de Francia, sobre todo de París. En noviembre de 2002, Sohane, una joven magrebí, fue quemada viva por su novio en el suburbio parisino de Cité Balzac por negarse a ser sumisa, un episodio que marcó el punto de partida del movimiento. Ni Putes Ni Soumises (NPNS) ha conseguido amplio reconocimiento a nivel social y mediático; incluso, ha recibido el respaldo de la Asamblea Nacional francesa.

El movimiento no sólo ha logrado poner sobre la mesa política de Francia asuntos tan sensibles como la inmigración, el feminismo, la laicidad, el racismo o el desempleo, sino que contribuyó considerablemente a la promulgación de la llamada “Ley del velo”, lo cual se considera su mayor logro hasta hoy.

“La Ley del velo” prevé la prohibición de ostentar llamativos símbolos religiosos en las escuelas públicas francesas y entró en vigor el 2 de septiembre de 2004. Una encuesta  de ese año para Agence France-Presse reveló que entre las mujeres musulmanas participantes el 49% apoyaba la ley y el 43% se oponía.

Fadela Amara

Fadela Amara, fundadora de Ni Putes Ni Soumises, habla sobre las particularidades y concepciones del movimiento en entrevista concedida a la periodista Milagros Belgrano Rawson, y publicada en la web Analítica (http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/4752484.asp):

“Tenemos una sede central en París y comités en 60 ciudades francesas. Recibimos ayuda financiera de dos ministerios, pero la mayor parte de los fondos proviene de donaciones privadas, tanto de fundaciones como de ciudadanos. También tenemos comités en España, Suecia, Italia, Suiza, Bélgica y Holanda. Y estamos trabajando con organizaciones de Marruecos y Argelia. Paradójicamente, y especialmente a causa de nuestra posición sobre el velo islámico, tuvimos más problemas para trabajar en Europa que en los países musulmanes”.

Miembros de NPNS han recibido amenazas de grupos integristas, refiere Amara, “pero seguimos sosteniendo esta posición. Personalmente, recibí una educación religiosa pero respetuosa con el otro. Eso también forma parte de la laicidad, uno de los valores de la Constitución que nos protegen contra el fundamentalismo. En los barrios periféricos de Francia, las chicas que usan velo no lo hacen por razones religiosas: son activistas reclutadas por imanes que llegan clandestinamente de Egipto y Pakistán y que pregonan un proyecto de sociedad que nada tiene que ver con los principios republicanos. Y estas organizaciones tienen éxito porque muchos de estos chicos, que son hijos de inmigrantes, se sienten rechazados por la sociedad francesa, a pesar de haber nacido aquí y tener todos los derechos de cualquier ciudadano francés”.

Una de las acciones fundamentales llevadas a cabo por el NPNS es de carácter pedagógico. El movimiento suele organizar charlas y debates en Francia y otros países como modo de abrir espacios de concientización a nivel político y social. En 2006 NPNS logró inaugurar en París la “Maison de la Mixité” (Casa de Carácter Mixto), cuya misión consiste en recibir, orientar y estimular a aquellas mujeres, o parejas, necesitadas de ayuda.

Para que la voz de las mujeres oprimidas en los suburbios franceses fuera escuchada, Amara  puso en marcha el movimiento por toda Francia, con un empuje que llegó a reunir en París a más de 30.000 manifestantes. De ella dice la periodista Ruth Toledano (http://elpais.com/diario/2006/11/24/madrid/1164371063_850215.html):

“Frente al relativismo cultural, que apoyan ciertos progresistas, Amara defiende el derecho a la diferencia siempre que no ultraje ni humille, pues recuerda que sólo hay una forma de decir democracia y que libertad, igualdad y fraternidad no son valores sólo para occidentales. Amenazada de muerte por fundamentalistas islámicos, rechaza un velo que considera símbolo de opresión, alerta sobre el peligro del fascismo verde que se extiende en el mundo musulmán, inspirado en un islam oscurantista tras cuya cara religiosa se esconde un proyecto político machista y fascistoide, y advierte de la alianza de cierta izquierda con los integristas de los barrios deprimidos, que encuentran en el techo y las proclamas de los imanes radicales un lugar y una identidad que la marginación les niega”.

“Fadela Amara representa el grito de un feminismo de urgencia, popular, cuyo combate es el de la emancipación y la libertad de toda la humanidad. Porque ella no es, no quiere ser, ni puta ni sumisa”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las mujeres somos como una Flor , y q se trate como prostituta a una es màs q una agresión.